Cuando hace unos meses empezamos a darle forma a esta pequeña locura realmente no éramos conscientes de lo que supondría...
No estamos todas, es una pena. Falta Irene que aunque no ha
podido venir la tenemos presente en todo momento.
Rápido, coloquemos todo. Los árboles allí, el cartel de los
distritos, la mesa de bienvenida y casi sin darnos cuenta empiezan a llegar las
primeras compañeras a las que medio secuestramos para que nos ayuden a recortar
y con otras cosas que nos quedan por preparar.
Susi y Paula, compañeras de Vanessa, del colegio José Echegaray que
vienen han venido a ayudarnos. Son la sonrisa que os da la bienvenida. ¡¡Qué
habríamos hecho sin ellas!!
-¿Empezamos?-
-¡Empezamos!-
Mientras acaban de entrar las más
rezagadas, Patri comienza con la presentación.
Después de una ronda rápida nos dice - "todas tenéis un papel con vuestros datos y vuestro currículum verdad pues ahora a tirarlo a la basura. Aquí da igual nuestro perfil, nuestros estudios y nuestra trayectoria profesional aquí todas y todos somos iguales y venimos a aprender unos de otros".
Y así es como damos por comenzada nuestra jornada de
convivencia dejando el ego en la basura.
Continuamos reflexionando sobre la inclusión en España y el camino por el que transitamos. Es importante saber de dónde venimos para tener claro hacia dónde queremos llegar. Aros que representan los diferentes tipos de modalidades e inclusivas, carteles citando la legislación, personas que se mueven de un lado a otro y poco a poco entre todo esto llegamos a la conclusión de que la realidad no es la que nos gustaría y de que el modelo de centro preferente es solo un paso más en el camino a la inclusión.
Después de esta pequeña performance nos dividimos en 3
grupos y compartimos recursos. Llenamos los árboles de hojas que significan los brotes de la inclusión, llenas de propuestas y actividades que nos mantengan en
el sendero de la equidad. Actividades que proporcionen al alumnado presencia
participación y logró.
Y ya estamos en el ecuador de la mañana, es hora de parar
para reponer fuerzas, saludarnos, compartir desde nuestra parte más social, y
porqué no, comernos unas porras en el bar de enfrente.
Ya de vuelta, con la tripa llena y el corazón contento de haber estrechado lazos volvemos a ponernos manos a la obra con otra actividad. En esta ocasión hacemos alarde de nuestra formación en competencia digital y proponemos una actividad a través de la lectura de un código QR. En esta actividad damos respuesta a dos preguntas: de esta convivencia me llevó… y en esa convivencia he aportado…
Compartimos el peso que recae sobre nosotras,
independientemente del perfil, en las aulas específicas. También trucos y
estrategias. Pero, sobre todo, compartimos las ganas y la ilusión por haber
compartido este espacio de encuentro y convivencia.
Mientras nuestra compañera Vanesa va realizando el cierre
de la actividad repartimos una pequeña cartulina con semillas. Las semillas de
la inclusión, para que sigáis sembrando cada día y para que recordéis que no
estamos solas en este huerto.
Además de las semillas, también mostramos nuestra maceta, una
maceta simbólica que significa el relevo para el próximo encuentro.
-¿Quién se anima? ¿Alguien se anima?-. Son las compañeras de
Villaverde las valientes que se comprometen a realizar el próximo encuentro.
Nos dependimos mientras vais saliendo y nos quedamos
recogiendo y colocando no solo las sillas sino nuestros corazones de haber
vivido un día tan intenso y extraordinario como el de hoy.